Primera Iglesia Bautista Fundamental Independiente de Cuajimalpa.
  ¿Libertad para pecar?
 
La Verdadera libertad en Cristo.






Gál. 5.1                     Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez
                                   sujetos al yugo de esclavitud.

1 Cor 6.12

Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna.

 

1 Cor 10.23

Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.

 

Ya que todos mis pecados han sido perdonados por Dios, ¿puedo hacer lo que yo quiero?

 

El Nuevo Testamento es bastante claro cuando establece que los cristianos ya no estamos sujetos a ninguna ley para agradar a Dios, sino que estamos bajo su gracia. No obstante, mucha gente toma la libertad como una oportunidad para pecar, pensando que son libres para hacer su voluntad.

 

¿Qué es la libertad?

Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.

 

I.                    ¿SOY LIBRE PARA HACER LO QUE YO QUIERA?

A.      Individualmente cada cristiano tiene la libertad de tomar sus propias decisiones

Rom. 14.22 “¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba”

Jn. 8.36 “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.”

Tit. 1.15 “Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas”.

B.       Estamos completamente seguros en Cristo.

1Jn. 5.12 “El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”.

C.      Si usted verdaderamente ha confiado en Cristo Jesús como su Salvador, usted no puede ir al infierno. Usted tiene vida eterna, usted irá al cielo.

D.     Usted no está sujeto por ninguna ley.

Rom. 8.2 “Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.”

Gál. 3.24-28 “De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.”

 

II.                  NO OBSTANTE:

A.      La libertad que usted tiene en Cristo, le da libertad de hacer lo que está bien, sin restricciones de ninguna ley, pero no como un permiso para pecar o para hacer todo lo que usted quiera.

Gál. 5.13 “Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros”.

1Ped. 2.16 “como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios”.

B.       ¿Cuántos de los que estamos aquí somos libres?

¿Cuántos de los que estamos aquí podemos ir al parque?

¿Cuántos de los que estamos aquí podemos vender drogas?

Rom. 13.1-10

La verdadera libertad está limitada por todas aquellas cosas que son legalmente permitidas.

Abusar es usar mal, excesivamente, injusta, impropia o indebidamente de algo o de alguien.

“Abusar de la libertad” es hacer mal uso de la libertad.

La Biblia lo menciona de la siguiente manera:

1Cor. 10.23 “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica”.

C.      Su libertad en Cristo, no es para que pueda alimentar  a su carnalidad

Rom. 6.12-17 “No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias: ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados”.

D.     Su libertad es para que pueda servir a Dios

Rom. 6.18-19 “y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia”.

1Ped. 2.16 “como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios”.

 

III.               ¿Cómo afecta a mi vida el mal uso de mi libertad?

A.      Usted tiene la libertad de tomar sus propias decisiones, pero si decide pecar, usted debe estar consciente de las siguientes tres consecuencias.

1.        Usted no podrá llevar en su vida ningún fruto espiritual

Jn. 15.1-8 “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.”

2.       Ya que usted es hijo(a) de Dios, el Señor lo(la) disciplinará.

Heb. 12.5-11 “y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él; Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad. Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.”

3.       Dios permite que usted coseche lo que usted sembró

Gál. 6.7-8 “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.

B.       Recuerde que todo cristiano al final tendrá que dar cuentas delante del Tribunal de Cristo por lo que hizo con su libertad.

Rom. 14.10 “Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo”.

2Cor. 5.10 “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo”.

C.      Dios desea recibir gloria y honra de la vida de usted, y él quiere que usted sea un vaso de honra y no de deshonra, pero esa decisión es solamente suya.

2Tim. 2.20-21 “Pero en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles. Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra”.

 

 

 

IV.               ¿CÓMO AFECTA A LAS PERSONAS QUE ESTAN A MI ALREDEDOR, EL MAL USO QUE YO HAGA DE MI LIBERTAD?

A.      La vida de usted será testimonio para BIEN o para MAL, aunque usted no quiera

Rom. 14.7 “Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí”.

Lc. 6.16-17 “Nadie que enciende una luz la cubre con una vasija, ni la pone debajo de la cama, sino que la pone en un candelero para que los que entran vean la luz. Porque nada hay oculto, que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de ser conocido, y de salir a luz.”

Lc. 11.33 “Nadie pone en oculto la luz encendida, ni debajo del almud, sino en el candelero, para que los que entran vean la luz”.

B.       Usted debe de hacer todo lo que pueda para evitar que un cristiano débil en la fe tropiece.

Rom. 14.13-15 “Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano. Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que nada es inmundo en sí mismo; mas para el que piensa que algo es inmundo, para él lo es. Pero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor. No hagas que por la comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió. No sea, pues, vituperado vuestro bien”.

1Cor. 8.9-13 “Pero mirad que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles. Porque si alguno te ve a ti, que tienes conocimiento, sentado a la mesa en un lugar de ídolos, la conciencia de aquel que es débil, ¿no será estimulada a comer de lo sacrificado a los ídolos? Y por el conocimiento tuyo, se perderá el hermano débil por quien Cristo murió. De esta manera, pues, pecando contra los hermanos e hiriendo su débil conciencia, contra Cristo pecáis. Por lo cual, si la comida le es a mi hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás, para no poner tropiezo a mi hermano”.

C.      Usted siempre debe evitar todo aquello que parece bueno, pero que es malo.

Rom. 14.16 “No sea, pues, vituperado vuestro bien”.

1Tes. 5.22 “Absteneos de toda especie de mal”.

D.     Usted debe de mantener un buen testimonio, frente a los inconversos y ante los hermanos de la fe.

1.        Con los salvos Hchs. 6.1-3, 16.1-2

2.       Con los perdidos Col. 4.5; 1Tim. 3.7

3.       El propósito de esto es para influenciar a los inconversos para bien (para que conozcan y reciban al Señor Jesucristo) Hchs. 11.22-24; 1Cor. 9.19-23; 1Ped. 2.12

 

V.                  ¿CUÁLES SON LOS LÍMITES DE MI LIBERTAD? 1Cor. 6.12, 10.23

Existen muchas áreas “dudosas” cuando se consideran ciertas cosas con las que uno se quiera o no involucrar. En estos casos, hágase las siguientes preguntas:

1.        ¿me estoy edificando a mi mismo o a otro? 1Cor. 10.23-24

2.       ¿podría yo, con limpia conciencia pedirle a Dios que me bendiga? Hchs. 24.16-23; Col. 3.17

3.       Si el Señor Jesucristo regresara en este momento, ¿me avergonzaría? 1Cor. 1.8; 1Tes. 5.23

4.       ¿Haría tropezar a algún hermano? Rom. 14.13-15, 15.1-2

5.       ¿Provocaría que un inconverso rechace al Señor Jesucristo como su Salvador? 1Cor. 10.31-33

6.       ¿Me condena mi conciencia al hacerlo? 1Tim. 1.5, Heb. 13.18, 1Ped. 3.16, 1Jn. 3.21*

 

1 Cor 6.12

Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna.

 

1 Cor 10.23

Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.

 

 

* Usted sabe cuando se está usando incorrectamente la Escritura y engañándose a sí mismo. No use este texto como un pretexto para hacer lo malo.

 

1Ped. 2.15-16 “Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos; como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios”.

 

 
 
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1 Corintios 1.21 Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.
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